lunes, 8 de junio de 2009

Travesía Cima a Cima (7 de junio de 2009).

La que estaba planeada para ser 'la excursión de excursiones' terminó como un capítulo de los Expedientes Secretos 'X'. Todo empezó con 17 excursionistas 'muysacalepunta' -al inicio-, dispuestos a gastar la suela de las botas en una travesía de 42 Km que comenzaría en la estación la Cima (Carretera México-Cuernavaca) y terminaría en el pueblo de Las Cruces (Carretera México-Toluca), 10 a 12 horas después. Bajamos del autobús, como estaba planeado, en la estación la Cima, con un día espléndido. El primer tramo de recorrido lo hicimos a buen paso, bajo un sol agobiante, por la carretera pavimentada que llega al pueblo del Capulín. De ahí nos internamos en el bosque, siguiendo a veces caminos de terracería, a veces veredas, o incluso a campo traviesa y parando sólo en contadas ocasiones. Después de 5 horas y media, llegamos al cruce de la carretera Ajusco-Jalatlaco y en un pequeño valle, nos sentamos a comer. Ahí fue donde, después de discutir media hora, hacer diecisiete conteos con resultados diferentes y dos plebiscitos absolutamente democráticos, decidimos que faltaba Pedro.
Realmente el extravío no pasó a mayores, pues apareció 15 minutos después; lo realmente perturbador del asunto es la FORMA en que se perdió.
La versión de Pedro fue por demás extraña: "En uno de los descansos, nomás me senté a beber agua y cuando me di vuelta, YA NO ESTABAN... ¿Porqué nadie ME AVISÓ que se iban?"-dijo.
Esta explicación, tan misteriosa, nos inclina a pensar que la hipótesis de Ylma es correcta: "Se quedó dormido". Sin embargo, a pesar del cruento interrogatorio con tehuacanazos, lo más que pudimos hacer que aceptara el extraviado fue: "bueeeno... nomás me RECOSTÉ un poquito... ¡pero no cerré los ojos!"
La hipótesis alterna es que se trató de un auténtico caso de abducción extraterrestre.

A fin de cuentas, ya sea por abducción, siesta o distracción, entre los 15 minutos de pérdida de Pedro y la hora y media de búsqueda, se hizo tarde. Luego de una votación difícil, en donde casi todos pasamos saliva, pues nos iban a hacer machos a fuerza (Marco proponía terminar la excursión "aunque fuera a las 12 de la noche" y nadie quería ser el primero en rajarse); finalmente se impuso la cobardía y el buen juicio; por unanimidad declinamos la generosa oferta de caminar seis horas más. En vez de eso, nos fuimos a tomar unas unas chelas, echando porras a Pedro, nuestro salvador. Ahí terminó 'la excursión de excursiones'.