viernes, 29 de enero de 2010

Cerro Tlamomo (30 de agosto de 2009)

En esta excursión recibimos varios avisos de ‘arriba’ que, por principio, decidimos ignorar, pero terminaron convenciéndonos que ese día no llegaríamos a la cumbre del Amacuilécatl. Para empezar, el chofer del camión no llegó. En otras circunstancias eso hubiera bastado para cancelar la actividad… pero ya conocen a Marco. Rentó una camioneta (nadie sabe de dònde), con chofer y toda la cosa, en la que apenas cupimos los doce masoquistas que no aceptàbamos quedarnos sin nuestra ración dominical de ampollas en los pies. Una vez arriba del vehículo, cuando todos pensábamos que todo estaba resuelto, se presentó la segunda complicación (o aviso, como quieran verlo), que fue imposible superar: la inundación de la autopista México-Puebla nos detuvo por completo. Nuestro guía, entonces, sugirió una ‘caminadita ligera’ en el cerro Tlamomo –a veces también llamado ‘Tláloc’-, localizado en el Sur del Distrito Federal. Creo que nos hubiera ido mejor subiendo el Amacuilécatl; la ‘caminadita’ se conviritió en una caminadota de a deveras, que culminó con el agotador ‘tumbaburros’ del Cerro Tlamomo. La cumbre nos recibió con viento, lluvia, niebla y frío; y ahí, bajo el cobijo de un árbol, comimos con las manos entumecidas. Al regreso, por el contrario, tuvimos cielo despejado y sol brillante, con una preciosa vista de los valles y sembradíos de la regiòn, de color verde esmeralda.

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